martes, 15 de diciembre de 2009

LA VIDA DE UN SOLITARIO 2


La vida de un solitario se convierte en melancolía,
vive de instantes fatídicos que no conducen a nada,
busca entre recuerdos marchitos la felicidad que alguna vez tenía,
y describe con lágrimas de cristal porque los silencios matan su corazón.

Y en el camino que recorre encuentra senderos imposibles,
donde busca una razón para vivir su pequeño rincón de felicidad,
apagando la tristeza que acompaña su alma,
y cuando piensa que su cuerpo está perdido en el vacío,
encuentra aquello que alguna vez tuvo en un sueño.

Y en ese sueño que nunca encontró con los ojos abiertos,
vive momentos que le recuerdan su niñez y sus inocentes juegos,
busca palabras que no hieran el corazón y calma su furia con serenidad,
porque ahora no vive entre cuatro paredes oscuras y sombrías,
y la luz que emana del espejo de la esperanza,
se convierte en pequeños trozos de vida que le llevan a compartir
algunos instantes que llevar siempre consigo en la memoria.

Y el solitario abandona la tristeza para encontrar un poco de alegría,
dejando atrás aquellos momentos amargos que rompieron en dos su vida,
olvidando el pasado más reciente que lo estaban llevando a morir,
porque el amor que una vez creyó que sería su guía,
se convirtió en espada afilada que ensangrentó su cuerpo
con heridas muchas veces imposibles de curar.

Ahora el solitario no sabe donde terminará este largo camino,
ni que encontrará en cada paso nuevo que dé por el mundo,
solo quiere intentar vivir nuevas experiencias hasta ahora no conocidas,
y mientras da el largo paseo de la vida contemplando su presente,
busca encontrar un futuro donde recordad con felicidad,
los momentos vividos que siempre estuvieron a su lado.