lunes, 10 de agosto de 2009

UN NIÑO, UNA ILUSIÓN



Un niño, da igual cuantos años tiene,
no importa donde nació, que hace, con que sueña,
ni tan siquiera nos preocupa que hizo ayer,
solamente vemos a ese niño como uno más.
El niño crece, tiene sus propias vivencias,
escucha a quien tiene más cerca,
hace aquello que cree conveniente,
busca algo que le ayude a conseguir sus propósitos,
porque el niño que antes soñaba, ahora tiene metas que cumplir.
Antaño el niño se reía de todo,
encontraba felicidad en cualquier rincón de su mundo,
dibujaba con palabras inocentes una realidad distinta,
describía con sus ojos que significaba la palabra amar,
no perdía el camino porque tenía quien le ayudará a seguirlo.
Ahora el niño ya ha crecido,
ya no es la pequeña criatura que antaño jugaba con muñecos de trapo,
vive de una ilusión que nunca termina de encontrar,
busca entre recuerdos algo que le transmita felicidad,
muchas veces sus ojos vieron lágrimas amargas,
porque el niño que nunca dejó de sonreír,
ha tenido muchos motivos para encontrar tristeza en su corazón.
Un niño, una ilusión, una esperanza,
pequeños trozos de vida que buscan su sitio en este mundo,
pequeños retales de historias que viven el sueño imposible,
miles de gotas cristalinas que caminan por un mundo imaginario,
porque ese niño vive una realidad que no existe,
porque la realidad que tiene que sufrir lo lleva a morir.
El niño seguirá creciendo, vagando por el mundo,
seguirá adquiriendo la sabiduría que nunca debe faltarle,
caminará seguro de sus hazañas,
aunque vivirá desconfiando de lo que se encuentre a su paso,
un niño que un día tuvo la ilusión de cambiar el mundo,
pero el mundo nunca cambiará, todo seguirá igual,
por eso el niño busca su propia realidad,
dejando que la felicidad se convierta en amor,
y el amor lo eleve a los cielos,
después que su corazón dormite para no despertar nunca más.

0 comentarios: