lunes, 11 de abril de 2011

TU Y YO, SEAMOS UNO



Sé mis ojos para ver con claridad todo lo que te rodea,
sé mis manos para coger con fuerza los objetos que tengas en tu camino,
sé mis pies para recorrer con paso firme el largo camino de la vida,
sé mis pensamientos y cuéntale al mundo las palabras que no me atrevo a decir.

Déjame ser tu inocencia para reírme de todo sin saber porque,
déjame ser tu ternura para sentir las caricias que a veces no encuentro,
déjame ser tus gritos para no tener nunca que decir las palabras que hacen tanto daño,
déjame ser tus ganas de vivir y así nunca derramar una triste lágrima.

Porque a veces mi felicidad es tristeza y mi tristeza es odio,
mis palabras hieren el amor dañando el corazón,
mis manos intentan no hacer daño la figura de quien a veces no sé amar,
y mis actos derivan en aferrarme a lágrimas amargas escondidas en mi alma.

Por eso quiero ser tu, pequeña criatura, regalo del cielo,
que en tu mundo de cristal nada te hace daño,
mientras creces con el cariño de las personas que te rodean,
intentando descubrir el sentido de aquello que encuentras cada día.

Y cada día evito la tristeza sólo con mirarte,
en tus juegos infantiles o en esas risas inocentes,
imaginando que tu y yo somos uno,
como cuando escuché tu primer latido de vida,
porque no podía verte.

Y el amor hacia ti hará que me funda contigo,
seremos uno mientras estemos juntos en este camino,
procurando siempre no tener que separarnos,
porque el día que tu me faltes,
me convertiré en vagabundo,
para entregarle mi corazón a Dios.

0 comentarios: