viernes, 28 de agosto de 2009

LA VIDA DE UN SOLITARIO



Se cierne la noche sobre la ciudad,
la quietud se apodera del tiempo,
el silencio se adueña del camino de un hombre,
por el cual transcurre la vida sin pena ni gloria.
El hombre un día tuvo su trozo del mundo,
fue alguien que tenía cosas que decir,
pero hoy no es más que un reflejo de lo que pudo ser,
perdido entre calles que una vez tuvieron su historia,
vaga deseando que el mal que le acecha termine de una vez.
La vida de un solitario, de un trozo inanimado de vida,
que duerme entre cartones en la ciudad sin nombre,
nadie quiere saber de su existencia,
todos rehuyen entregarle un poco de felicidad,
y en sus ojos rasgados que emanan tristeza,
busca un lugar donde pueda morir en paz.
Antaño lo tuvo todo, nada le faltaba,
hoy vive de recuerdos que antaño fueron felices,
pero la desgracia se apoderó de su alma,
su corazón perdió la fuerza por vivir,
y ahora entre cartones encontrados en cualquier basura,
duerme pensando si volverá a ver la luz del Sol.
La vida de un solitario,
de quien un día tuvo algo que decir,
ahora le damos la espalda,
no queremos ni tan siquiera saber quien pudo ser,
nosotros seguimos nuestro camino,
mientras él no sabe hacia donde ir,
es triste ver como su vida se va apagando,
es triste que un día decidiera que no quería vivir.

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