martes, 22 de septiembre de 2009

CRISTALES ROTOS



Se cierne la noche sobre la ciudad dormida,
pequeñas luces destelleantes alumbran mi paso,
el silencio me acompaña en mi pequeño recorrido,
el cuerpo describe cada segundo el escalofrío que lo acompaña,
y los gritos desgarrados de mi corazón son como cristales rotos
que dejan heridas en mi alma imposibles de curar.
Aún recuerdo cada sonido vacío que me diste,
todavía perduran en mi los momentos que nunca debí darte,
describo con cada lágrima cortante de mis ojos
la tristeza que no debo tener por seguir amándote,
no deseo volver a encontrarme de nuevo contigo,
y, sin embargo, todavía guardo el amor que te juré dentro de mi.
Y sigo caminando entre la ciudad dormida,
buscando recomponer los cristales rotos que hieren mi cuerpo,
intentando cerrar las heridas que nunca debí tener,
evitando aquellos rincones que me traigan recuerdos de ti,
nada quiero retener en mi memoria, intento olvidar todo lo que fuimos,
y, aunque es difícil caminar sin volver la vista atrás,
busco mi futuro viviendo mi presente más cercano.
Algún día la ciudad dejará de estar dormida,
se recompondrán los cristales rotos y cerrarán mis heridas,
mi llanto amargo dará paso a la felicidad que nunca debí perder,
el camino seguirá su curso llevando conmigo la ilusión por amar,
y cada vez que mire al cielo cuando la noche se cierna sobre la ciudad,
sabré que cuando mi cuerpo se convierta en polvo,
me elevaré a los cielos portando en mi corazón
la imborrable huella del amor que siempre estuvo a mi lado.

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