jueves, 10 de septiembre de 2009

PEQUEÑO CORAZÓN DORMIDO


Se ha dormido su corazón,
ha callado para siempre,
su cuerpo se ha quedado inmóvil, inerte,
ya no puede ni tan siquiera reír.
Ayer aún podía balbucear algunas palabras inteligibles,
aún lloraba porque tenía hambre,
reía con las carantoñas que sus padres le hacían,
ayer aún dormía plácidamente sin pensar en mañana,
nada le preocupaba, porque aún seguía sin entender la vida.
Y la madre llora amargamente,
la sonrisa que acompañaba su corazón se torna tristeza,
no tiene ganas de levantarse de la cama,
mira a su alrededor y solamente ve una cuna vacía,
todo lo que representa se convierte en polvo,
que se aleja de la realidad para vivir un cuento imaginario.
Y el padre grita con fuerza su dolor,
se arrodilla en el mugriento suelo clamando a Dios,
¿ por qué mi hijo ?, ¿ por qué nos tuvo que pasar a nosotros ?,
preguntas sin respuesta, solamente dolor en su corazón,
el padre ya no ríe, ya no siente, no se compadece,
simplemente ve pasar eternos segundos desesperados,
donde su única compañía es la más profunda tristeza.
Pequeño corazón dormido,
que antaño vivió instantes de felicidad sin sentido,
pequeño cuerpo frágil como el cristal que ha dicho adiós,
se fue como vino, en silencio amargo,
se ha elevado al rincón de las almas sin nombre,
ya no siente, ya no tiene que entender,
ahora solamente ríe, juega, camina por los senderos que no se ven,
y desde el lugar más alto que existe,
vela porque sus padres no dejen de luchar por vivir.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando uno es padre jamas se imagina qe algo asi puede pasar. Cuando pasa jamas se imagina qe se puede sobrevivir a una perdida asi. Precioso relato para poder sobrellevar algo tan duro como la perdida de un hijo. Me ha hecho estremecer. Yo.